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Video – Saltos de Fe - Adam McCain



Hebreos 11:4 -8 explica: Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
 
Conforme leemos hebreos 11, el capítulo de la fe, descubrimos a hombres y mujeres recordados por lo que hicieron por fe. De esta forma descubrimos que la fe es más que un sentimiento, una teoría o una doctrina, ¡es acción! Si tienes fe actúas, convencido de que Dios quiere usarte. Noé tardó más de cien años en construir el arca.  Piénsalo, soportar la burla durante tanto tiempo, seguramente requirió muchísima fe. Imagínalo serruchando y que sus amigos se le acercaran: “¿Qué haces?” “Construyo un arca” “Qué es un arca?” “Es un inmenso bote que flota” “Y ¿por qué lo construyes?” “Porque todos morirán y Dios me ha dicho que me salvará” Ufff, dar esas explicaciones durante tanto tiempo, solamente puede ser un acto de fe. Así que el capítulo de Hebreos 11 nos enseña que la fe es acción.

Hebreos 11: 32-34 dice: ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.

Además, la fe es no la ausencia de temor, sino la respuesta de Dios a lo que nos atemoriza para que tengamos valor y fortaleza. Tal vez te mueres de miedo, pero si Dios está contigo, nadie podrá contra ti, así que debes dar el salto de fe. Yo le tengo pánico a las alturas. Pero cuando fui bautizado en el Espíritu Santo, leí que Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de valor y dominio propio. Entonces, pensé: “Si Dios no me dio ese temor, ¿quién me lo dio?”  Y me sorprendí de la posible respuesta, por lo que me propuse que ningún temor controlaría mi vida. Así que decidí saltar de un avión. La primera vez, debes hacerlo acompañado por alguien más. La persona que saltaría conmigo me pedía que pusiera el pie sobre una pequeña grada a la orilla de avión, dudé y dudé, todo dentro de mí decía: “no lo hagas, no vale la pena, que se queden con el dinero”, pero el hombre que me sujetaba por la espalda me decía: “¡Tú puedes!” Finalmente, di el paso y lo próximo que recuerdo es que volaba por los aires. Al instante, mi rostro cambió porque ¡era genial!

Sé que hay cosas que te dan pánico, tal vez ir al grupo de jóvenes, ser rechazado, quedarte solo. Así funciona el diablo, quiere mantenerte dentro del avión. Pero te aseguro que al saltar, todo el temor se convierte en gozo y entusiasmo. Si quieres experimentar lo sobrenatural del amor de Dios, debes saltar, atreverte, ir detrás de aquello que el diablo quiere que temas. Jesús te anima a que te lances en fe porque Él está contigo, te sujeta y no te dejará caer. Vale la pena asumir el reto. Yo prefiero volar con Jesús y poner mi vida en riesgo en obediencia a Él que seguir en lo mismo, no construir el arca, y perder mi vida por miedo.

Jueces 6:1-6 relata: Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años. Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados. Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos. Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla. De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová.

Jueces 6: 11-16 continúa el relato: Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

Otro gran ejemplo de alguien que superó el temor por obra del Señor es Gedeón. El pueblo de Israel se portó mal, por lo que Dios removió Su mano de protección y los enemigos los atacaron. Les robaban el alimento, así que los israelitas se quedaba sin nada que comer y vivían en pobreza. Cada vez que llegaban los madianitas, los israelitas se escondían. No hablamos de valientes guerreros, pero la Biblia cuenta que Gedeón recibió la visita de un ángel porque fue escogido por Dios para defender al pueblo. Este hombre estaba sacudiendo el trigo en el lagar que es un gigantesco recipiente hecho de piedra donde las personas machucaban las uvas para producir el vino, como no era temporada de cosecha de uvas, allí estaba Gedeón, escondido con un poco de trigo que seguro pensaba preparar para cocinar. Fue allí donde el ángel le dijo: “El Señor está contigo, poderoso guerrero”. Esta es una de las escrituras más divertidas que encuentro en la Biblia ya que realmente Gedeón ¡era débil! El ángel lo llamó poderoso porque Dios ve en lo que te convertirás, no lo que eres en este momento. Cuando Noé construyó el arca por fe, actuó conforme a lo que Dios dijo que ocurriría, no lo que ocurría en ese momento.

Tal vez te ves como Gedeón, débil y pequeño pero la Escritura dice que Dios estará contigo. ¡Es hora de que tomes ese salto de fe! No más  excusas, deja de decir: “No sé qué decir, no sé qué hacer, soy muy joven”. A los quince años mi pastor me dijo: “Quiero que empieces un grupo, poderoso guerrero”. Yo me sentí justo a la orilla de ese abismo y tuve miedo. Una tarde, el pastor anunció a la congregación: “Adam, ponte de pie, él está iniciando un grupo, si quieren ir, Hablen luego del servicio”. En menos de tres meses, tenía cincuenta jóvenes en mi grupo y fue impresionante todo lo que logramos. Incluso íbamos a las discotecas a predicar. Fue maravilloso lo que Dios hizo, todo por un salto de fe.
Espero que comprendas que la emoción del verdadero cristianismo está en lo sobrenatural, pero solo logramos verlo hasta que saltamos sin ver atrás. El congreso Hechos se debe a que un gran líder de Dios, Cash Luna, se decidió a iniciar una iglesia y asumió el reto de dar muchos saltos de fe. ¿Has pensando quién está esperando que tú tomes tu salto de fe y que le hables del Señor? Alguien está esperando que salgas y prediques aunque otros se molesten. Atrévete a hablarle sobre Jesús a tus amigos, a tus compañeros del colegio, incluso a ese grupo de jóvenes que te atemorizan.

Yo puedo dar testimonio de lo que te digo. No me crié en un hogar cristiano, sino en medio de la maldad. Nunca conocí a mi padre quien embarazó a mi madre a los diez y seis años de edad. Crecí en medio de drogas y violencia, pero Dios me rescató porque tenía una visión clara para mi, debía dar testimonio de Su grandeza. Tu país no cambiará solo porque asistas a la iglesia y adores al Señor. ¡Así no sucederá nada! Los mareros no asomarán su cabeza entre las cortinas detrás del púlpito, tú y yo debemos acercarnos a ellos y decirles que Cristo los ama. ¡Somos la respuesta a un mundo perdido! No tengas miedo, recuerda que Jesús está sujetándote y no te dejará caer. Dile: “Te necesito, te amo, no quiero vivir en temor, ayúdame”. Piensa en qué te mantiene dentro del lagar, en el avión, a qué le tienes pánico y enfréntalo. Escucha, el Señor te dice: “Estoy contigo poderoso guerrero, hijo elegido”. ¡Comprométete con Jesús ahora y atrévete a dar el salto de fe!

Fuente: Casa de Dios