La Fe de Dios - Apóstol Guillermo Maldonado



La perspectiva de Dios es está: Nada es imposible para Él. Mi perspectiva es está: Yo puedo hacer todo a través de Cristo. Necesitas declarar: Dios me puede sanar, Dios puede restaurar mi matrimonio, y Dios puede liberarme, AHORA! Mira está prédica y recibe la fe de Dios!


Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:3

 La fe se origina en el cielo y comienza a operar desde allí. La fe que tú y yo tenemos viene de allí. ¿Cuándo vino a ti?

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Juan 3:6

Cuando nacemos de nuevo, en ese momento, recibimos la fe. Nuestra fe no vino de un hombre o una organización, vino del cielo. La fe que tienes viene de Dios.

En Marcos 11:22, la Biblia dice: “Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios”. En el original dice: “Tened la fe de Dios”.

La fe de Dios

Antes de venir a Jesús no tenías fe, y yo no tenía fe. ¿Cómo fui salvo? Cuando oí la Palabra, la fe vino a mi espíritu. De otro modo, tú y yo no tenemos la habilidad para creer. La fe que tú y yo tenemos ahora vino de Jesús. Se originó en Él. Tú y yo no tenemos la habilidad innata para creer. La vieja naturaleza sólo tiene la habilidad de dudar.

Antes de que vinieras a Cristo, sólo podías dudar porque no tenías fe. Ahora que has nacido de nuevo, que has venido a Jesús, tienes la fe de Dios. Ahora tu fe se origina en otro mundo. En otras palabras, de acuerdo a Romanos 12:3, Dios nos ha dado una medida de fe.

Éstas son las señales de que una persona realmente ha nacido de nuevo:

1. Arrepentimiento genuino
2. Hambre por Dios
3. Cambio y transformación
4. Odio al pecado
5. Hambre por la santidad

Si realmente eres nacido de nuevo, tienes hambre de Dios. Debes buscar a Dios. Debes indagar a Dios. Si realmente has nacido de nuevo del cielo, debes odiar el pecado, y amar la santidad.

La iglesia primitiva

En la iglesia primitiva, la gente era realmente convertida porque el mensaje no era barato. Hoy el mensaje ha sido abaratado; no hay temor de Dios detrás del mensaje. La gente se arrepiente y llora lágrimas de cocodrilo. Cuando hay temor de Dios detrás del mensaje, la gente corre al altar y se arrepiente de corazón. Ahora, la gente viene a la iglesia, pasa al altar, vuelve a su casa y vuelve a las drogas, a mirar pornografía y vuelve al pecado.

¿Dónde está el poder de Dios? ¿Dónde está el fruto del arrepentimiento? ¿Dónde está el hambre de Dios?

No me des ese viejo cuento: “Yo amo a Jesús”. Si amas a Jesús, ¿por qué volviste a pecar otra vez? Viniste a la iglesia y ahora ¿volverás a arrastrándote de nuevo al pecado?

Cuando quieres más de Dios nunca es suficiente. Cuando tienes verdadero arrepentimiento quieres más de Dios.

Las señales del nuevo nacimiento son las siguientes: Verdadero arrepentimiento, cambio y transformación, odio al pecado y amor por la santidad. Si no hay cambio en tu vida entonces debes arrepentirte otra vez. Ésta es la razón por la que no tenemos poder en las iglesias.

La revelación trae expectativa

Tú tienes la fe de otro mundo, así que abstente de hablar palabras de incredulidad. No tienes excusa para no creer en Dios.

Ya que la fe tiene la atmósfera del cielo, cuando se la declara desde la revelación, produce una gran expectativa. Cuando la hablas de tu cabeza no produce nada, pero si la habla desde la revelación creará en ti una expectativa.

En el cielo hay una continua expectativa, y la fe que tienes viene de allí. ¿Por qué? Porque en el cielo, cada segundo, Dios revela algo nuevo.

En el Antiguo Testamento los ángeles cantan “Santo, santo, santo”. La palabra “santo” significa diferente, diferente y diferente. Los ángeles están a la expectativa: ¿Qué va a revelar Dios ahora?

Hoy no hay expectativa porque las iglesias predican todo el tiempo el mismo mensaje. En el cielo, hay una continua expectativa porque la revelación siempre trae algo nuevo. Si no es nuevo, no es revelación.

Dios va a crear una expectativa de algo nuevo. Con tu fe comienzas a crear una expectativa por sanidad o por milagros. Así que la fe que viene de la revelación produce expectativa. Cuando no escuchas algo nuevo, no tienes ninguna expectativa.

La fe es la moneda del cielo

Lo que no puedes creer, no lo puedes obtener porque la fe es la moneda del cielo. Lo que no puedes creer no lo puedes comprar. En el cielo compras por fe, vendes por fe, te mueves por fe y recibes milagros por fe.

Tienes una moneda mayor que el dinero, mayor que la fama, mayor que tu intelecto y mayor que tu diploma. Si tienes fe, puedes tomarlo. ¿Dónde está tu fe? En el cielo. Lo que no puedes creer no lo puedes comprar.

¿Por qué Dios te dio fe?

Dios te dio fe para que los imposibles doblen sus rodillas. Así que las enfermedades doblarán sus rodillas. Tienes una moneda mayor que el dinero, mayor que las riquezas, mayor que cualquier cosa. ¡Tú tienes fe!

Tú tienes la moneda del cielo. ¡El gigante está cayendo! Haz una transacción de fe, ¡compra y vende! Haz una transacción de fe.

¿Cuál es el origen de tu fe?

¿Qué has hecho con la simple fe que Dios te dio cuando fuiste salvo? Si tomas un nuevo creyente y le preguntas: “¿Crees que Dios puede abrir esos ojos?”, él dice: “Sí”. Pero si tomas a un creyente “vino viejo”, que ha ido a la iglesia por 20 años, él no está seguro y necesita 80 confirmaciones. Yo tengo uno aquí que lleva tres meses salvo echando fuera demonios. Tengo jóvenes aquí, tres meses de convertidos, incluso tres días, profetizando nombres y direcciones. Cuando naces de nuevo en Dios y tienes las señales que mencioné tendrás la clase de fe de Dios.

La fe causa que tengas la perspectiva del cielo. Ahora tendrás la perspectiva del cielo. Debería ser normal para ti caminar en lo sobrenatural.

La perspectiva es ésta: Nada es imposible para Dios. Mi perspectiva es ésta: Yo puedo hacer todo a través de Cristo. Con la fe que tienes debería ser normal encontrar dinero en tu cuenta de banco que nunca has depositado.

¿Dónde está tu fe? Quiero que te levantes y la gastes ahora. ¿Cómo gastas tu fe? Gastas tu fe a través de las palabras. Debes declarar: Dios es capaz de sanarme, Dios puede restaurar mi matrimonio y Dios puede liberarme ¡AHORA! Comienza a gastarla ahora. Gasta tu fe.

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