Por Rosendo Ramírez
28/Agosto/2013
Introducción:
Pasaje
Central:
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están
en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu. (Romanos 8:1)
Espíritu
es
la palabra griega Pneúma que
significa corriente de aire, aliento,
viento, soplo.
Esta palabra Espíritu (nafákj) no se refiere al Espíritu que Dios soplo en nosotros al
momento de crearnos.
Reproduce esta predica en Audio:
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la
tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Génesis 2:7)
La palabra Pneúma se refiere totalmente al
ESPIRITU SANTO.
Entre otras palabras este versículo diría
así: Ninguna condenación hay para los que
han recibido a Jesús como Señor, ¿quiénes son estos?... los que no andan
conforme a los deseos de su carne sino conforme a los deseos del Espíritu
Santo.
Desarrollo:
¿Cuáles son las obras de la carne?
Y manifiestas son las obras de la carne, que son:
adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas
5:19-21)
1. Adulterio
2. Fornicación
3. Inmundicia
4. Lascivia
5. Idolatría
6. Hechicerías
7. Enemistades
8. Pleitos
9. Celos
10. Ira
11. Contiendas
12. Disensiones
13. Herejías
14. Envidias
15. Homicidios
16. Borracheras
17. Orgias
No es que estas sean todas las obras de la
carne, por eso termina el versículo diciendo y cosas semejantes a estas…
La carne es contra el Espíritu
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los
deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del
Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo
que quisiereis. (Gálatas 5:16-17)
Los deseos de la carne siempre se van a
oponer en contra de los deseos del Espíritu Santo.
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la
carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el
ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no
pueden agradar a Dios. Más vosotros no vivís según la carne, sino según el
Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene
el Espíritu de Cristo, no es de él. (Romanos
8:5-9)
La evidencia de que somos de Jesús, es la
marca de su Espíritu Santo, si tenemos el Espíritu Santo dentro de nosotros
entonces somos de Él, y cuando Él está dentro de nosotros no pensamos en
nosotros mismo si no en satisfacer sus deseos.
El Espíritu Santo llega a la tierra
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos
unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento
recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les
aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de
ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2:1-4)
Esta fue la primer ocasión que el Pneúma
venia sobre varias personas y todos fueron llenos del Espíritu Santo.
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el
don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros
hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios
llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed
salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra
fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. (Hechos 2:38-41)
La actividad del Espíritu Santo dentro de
ellos los impulso a hacer la voluntad del Padre, Pedro se levanto a Predicar de
Jesús y el evangelio del Reino y ganaron 3 mil personas en una sola
predicación.
Conclusión
Lo que este mundo nos ofrece, lo que el
pecado ofrece, lo que Satanás ofrece es contrario a lo que Dios ofrece.
Vencer la tentación de agradar a nuestra
carne, quizá sea una tarea complicada.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la
vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por
venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:37-39)
Cuando venga la tentación a apartarte de Dios,
apégate más a Él, abrázate más de Él, si Jesús venció Él te ayudara a vencer.