Sesión 4 en CAP 2011 en la ciudad de Miami. Hay un gran avivamiento que estamos a punto de experimentar.
Cuando los niños juegan, algunas veces pelean, pero cinco minutos más tarde nuevamente están jugando. Sin embargo, algunos ministros de hoy escuchan chismes y los creen, se unen a los rumores y dejan de hablarse el uno al otro. Los niños pelean entre sí, pero es difícil hallar un niño con resentimiento. Necesitamos tener el corazón de niños, más de lo que necesitamos la madurez.
El día de Pentecostés, el Espíritu Santo no vino porque los
discípulos de Jesús habían estado juntos orando por un largo período de
tiempo. El Espíritu descendió porque Jesús dijo que lo haría. Él les
dijo que esperaran en el aposento alto hasta que la promesa viniera.
Nunca les dijo que oraran un cierto número de días para que la promesa
venga. Él sólo les dijo que permanecieran en el aposento alto y que
todos los que allí estuvieran recibirían la promesa.
No importa si está despierto o dormido, en la calle, en casa o en la iglesia; cuando el Espíritu de Dios decide descender, Él no le va a pedir permiso a nadie, ni va a esperar a que usted ayune y ore varios días. Él traerá lo que le prometió, pues Su deseo y Su voluntad es hacerlo.
Lo que el cielo le quiere dar, los hombres no podemos detenerlo. Cuando Dios lo quiera visitar, Él lo hará. Sólo levante sus ojos y verá los cielos abiertos, y aun en su propia casa lo visitará.
Cuatro tipos de personas en un avivamiento
1. Los que fueron llenos
Hay quienes dicen: Algún día, si realmente es de Dios, eso me sucederá a mí. Esa es una actitud orgullosa. ¿Por qué Dios no puede escoger a la persona que está a su lado para probar que Él realmente es Dios? ¿Por qué tiene que escogerlo específicamente a usted? ¿Y si algo no sucede en su iglesia, significa entonces que no es de Dios? ¿Debe realmente elegirlo a usted para que sea una declaración para el resto del mundo? En lugar de eso, nuestra actitud debería ser reconocer que es de Dios y humillarnos para clamar que Dios nos toque de la misma forma.
2. Los confundidos
Hay cosas que tienden a confundirnos en nuestra mental natural, pero eso no quiere decir que no es de Dios.
Lo que usted no conoce o no entiende siempre lo confundirá. Sin embargo, ¿quién realmente entiende a Dios y el mover de Su Espíritu?
Usted usa un microondas cada día, y ¿entiende cómo funciona el microondas? Usted espera que un avión vuele; sin embargo, ¿sabe cómo encender el motor para que vuele? ¿Por qué entonces piensa que necesita entender a su Creador? Nadie cuestiona a la ciencia, pero si el Espíritu Santo lo tira al suelo, o hace algo que usted no entiende, entonces ¿eso no es de Dios? Si aceptamos que un doctor, siendo humano, haga pruebas en nuestro cuerpo, tan invasivas como puedan ser, en nombre de la ciencia, ¿cómo no permitirle a Dios, nuestro Creador, hacer lo que Él quiera con nosotros, en nombre de Su Reino?
3. Los maravillados
La primera vez que vi a la gente reírse descontroladamente en una iglesia, oí que una ancianita dijo que esa gente estaba poseída. Así que fui a Dios y le pregunté. Pero Dios me dijo, “¿Desde cuándo los demonios son capaces de dar lo que no tienen?” Ellos no tienen gozo ni felicidad; ellos no pueden dar eso. Los demonios no viven felizmente atormentados. Ellos viven en tormento, y ¡Dios es el Único que te puede dar gozo y que libera de todo tormento!
4. Los que se burlan
Los que se burlaban acusaron a los demás de estar ebrios. La unción puede hacer lo que le plazca, cuando quiera y con quién quiera. Así que, haga a un lado lo que otros puedan decir o pensar, olvide sus títulos y su reputación, y recuerde sólo que usted es hijo de Dios. Deje que el Espíritu Santo se derrame en su espíritu, y reciba la promesa de Dios sobre su vida.
Cuando los niños juegan, algunas veces pelean, pero cinco minutos más tarde nuevamente están jugando. Sin embargo, algunos ministros de hoy escuchan chismes y los creen, se unen a los rumores y dejan de hablarse el uno al otro. Los niños pelean entre sí, pero es difícil hallar un niño con resentimiento. Necesitamos tener el corazón de niños, más de lo que necesitamos la madurez.
“Cuando llegó el día de Pentecostés,
estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo
como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde
estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de
fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del
Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos,
varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este
estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les
oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados,
diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?¿Cómo, pues,
les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos
nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en
Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en
Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí
residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos
hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Y estaban todos
atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?
Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto”. Hechos 2:1-2
No importa si está despierto o dormido, en la calle, en casa o en la iglesia; cuando el Espíritu de Dios decide descender, Él no le va a pedir permiso a nadie, ni va a esperar a que usted ayune y ore varios días. Él traerá lo que le prometió, pues Su deseo y Su voluntad es hacerlo.
Lo que el cielo le quiere dar, los hombres no podemos detenerlo. Cuando Dios lo quiera visitar, Él lo hará. Sólo levante sus ojos y verá los cielos abiertos, y aun en su propia casa lo visitará.
Cuatro tipos de personas en un avivamiento
1. Los que fueron llenos
Hay quienes dicen: Algún día, si realmente es de Dios, eso me sucederá a mí. Esa es una actitud orgullosa. ¿Por qué Dios no puede escoger a la persona que está a su lado para probar que Él realmente es Dios? ¿Por qué tiene que escogerlo específicamente a usted? ¿Y si algo no sucede en su iglesia, significa entonces que no es de Dios? ¿Debe realmente elegirlo a usted para que sea una declaración para el resto del mundo? En lugar de eso, nuestra actitud debería ser reconocer que es de Dios y humillarnos para clamar que Dios nos toque de la misma forma.
2. Los confundidos
Hay cosas que tienden a confundirnos en nuestra mental natural, pero eso no quiere decir que no es de Dios.
Lo que usted no conoce o no entiende siempre lo confundirá. Sin embargo, ¿quién realmente entiende a Dios y el mover de Su Espíritu?
Usted usa un microondas cada día, y ¿entiende cómo funciona el microondas? Usted espera que un avión vuele; sin embargo, ¿sabe cómo encender el motor para que vuele? ¿Por qué entonces piensa que necesita entender a su Creador? Nadie cuestiona a la ciencia, pero si el Espíritu Santo lo tira al suelo, o hace algo que usted no entiende, entonces ¿eso no es de Dios? Si aceptamos que un doctor, siendo humano, haga pruebas en nuestro cuerpo, tan invasivas como puedan ser, en nombre de la ciencia, ¿cómo no permitirle a Dios, nuestro Creador, hacer lo que Él quiera con nosotros, en nombre de Su Reino?
3. Los maravillados
La primera vez que vi a la gente reírse descontroladamente en una iglesia, oí que una ancianita dijo que esa gente estaba poseída. Así que fui a Dios y le pregunté. Pero Dios me dijo, “¿Desde cuándo los demonios son capaces de dar lo que no tienen?” Ellos no tienen gozo ni felicidad; ellos no pueden dar eso. Los demonios no viven felizmente atormentados. Ellos viven en tormento, y ¡Dios es el Único que te puede dar gozo y que libera de todo tormento!
4. Los que se burlan
Los que se burlaban acusaron a los demás de estar ebrios. La unción puede hacer lo que le plazca, cuando quiera y con quién quiera. Así que, haga a un lado lo que otros puedan decir o pensar, olvide sus títulos y su reputación, y recuerde sólo que usted es hijo de Dios. Deje que el Espíritu Santo se derrame en su espíritu, y reciba la promesa de Dios sobre su vida.
Fuente: El Rey Jesús