Introducción:
Pasaje
Central:
¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan
cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados. (Isaías 43:19 NVI)
Hacer
algo nuevo:
es hacer algo que nunca nadie ha hecho, algo renovado, restaurado, dejar
totalmente nuevo.
Cuando Jesús nos perdona somos renovados, nos
limpia para ser justos ante Dios.
Desarrollo:
La especialidad de Dios son los imposibles,
Él abre camino donde no existen, Él produce ríos donde hay sequía.
Cuando todos los caminos se han cerrado, Dios
abre caminos nuevos para ti, Él envía ríos en los desiertos.
El agua es vida, es sinónimo de pureza, con
ella nos limpiamos y también por ella vivimos, Dios nos envía Ríos para vida.
En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en
pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que
cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún
no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. (Juan 7:37-39)
Los Ríos representan a los Ríos del Espíritu
Santo, nadar o sumergirse en el Rio, es nadar o sumergirse en los ríos de su
presencia.
El hombre me trajo de vuelta a la entrada del templo, y
vi que brotaba agua por debajo del umbral, en dirección al oriente, que es
hacia donde da la fachada del templo. El agua corría por la parte baja del lado
derecho del templo, al sur del altar. Luego el hombre me sacó por la puerta del
norte, y me hizo dar la vuelta por fuera, hasta la puerta exterior que mira
hacia el oriente; y vi que las aguas fluían del lado sur. El hombre salió hacia
el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar
el agua, la cual me llegaba a los tobillos. Luego midió otros quinientos metros
y me hizo cruzar el agua, que ahora me llegaba a las rodillas. Midió otros
quinientos metros, y me hizo cruzar el agua, que esta vez me llegaba a la
cintura. Midió otros quinientos metros, pero la corriente se había convertido
ya en un río que yo no podía cruzar. Había crecido tanto que sólo se podía
cruzar a nado. Entonces me preguntó: «¿Lo has visto, hijo de hombre?» (Ezequiel 47:1-6 NVI)
Medidas en el río de su presencia:
1.
A
los tobillos.
2.
A
las rodillas.
3.
A
la cintura.
4.
Nadando.
Los tobillos representan los primeros
contactos con la presencia de Dios, los pies sucios representan el pecado, y al
momento de entrar en contacto con el agua somos limpiados.
Las rodillas representan los días
inolvidables de habitar en su presencia en oración.
La cintura representa que estamos
adentrándonos cada vez en la presencia de Dios ya no estamos al 100% en control
de nuestra vida sino que poco a poco Dios comienza a controlarla, ya no vivo
mas Cristo vive en mi.
Nadando representa movernos totalmente en la
presencia de Dios, nadar en los ríos de su bendición.
Si te estas ahogando en el desierto necesitas
las aguas frescas del Rio de su presencia.
Por donde corra este río, todo ser viviente que en él se
mueva vivirá. Habrá peces en abundancia porque el agua de este río transformará
el agua salada en agua dulce, y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá. (Ezequiel 47:9 NVI)
Cuando nadas hechas todo atrás, los problemas
quedan atrás, la angustia queda atrás, el dolor queda atrás y te abres camino
hacia lo nuevo que Dios quiere hacer en tu vida.
¿Cómo entramos al río de su presencia?
Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más
bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar
lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios
ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14 NVI)
Dios no puede intervenir en tu pasado, pero
si puede intervenir en tu presente y futuro.
Esfuérzate, el
espíritu de fuerza está en el gozo que tengas de Dios, avanza por lo que tienes
delante, no te detengas, el que se rinde no llega a la meta, pero el que se esfuerza
llegara.
Aquí te dejamos el póster de nuestro servicio te esperamos.